Sant Francesc Xavier de Formentera (San Francisco en castellano) es la capital de la isla de Formentera. En ella se concentran los edificios gubernamentales de la isla como el Consell de Formentera y la Iglesia de Sant Francesc. Sin embargo, no estamos en una gran ciudad: un pequeño pueblo que conserva todo el encanto mediterráneo en sus calles y comercios.
Se trata del mayor núcleo urbano de Formentera y el primer pueblo que nos encontramos siguiendo la carretera principal de la isla tras abandonar el Puerto de La Savina. A pesar de su reducido tamaño, con menos de 3.000 habitantes, es el núcleo de población más grande de Formentera. Sin embargo, durante el verano es uno de los lugares más agradables donde pasear, con un ambiente realmente encantador.

El centro de Sant Francesc de Formentera es la plaza de la iglesia, alrededor de la cual encontramos casas blancas, tiendas y restaurantes. La peculiar forma de la iglesia nos recuerda a un castillo viene motivada por motivos históricos: cuando se construyó, el templo servía tanto de lugar de oración como de refugio por los ataques piratas. Los muros gruesos del edificio y la fachada sobria dan la impresión de estar ante una fortaleza.

¿Qué hacer en Sant Francesc de Formentera?
Seguramente en tus vacaciones por Formentera acabarás pasando por su capital, tanto por motivos logísticos como puro ocio. Aquí encontrarás un punto de información turística, donde te conviene pasar a buscar algunos mapas para descubrir las mejores playas de la isla. Además, el mayor supermercado de la isla se encuentra en Sant Francesc, por lo que si te vas a alojar en un apartamento en Formentera, te conviene acercarte para hacer la compra de alimentos y todo lo necesario para tu estancia en la isla.

Pero además, en Sant Francesc hay un gran ambiente tanto de día como de noche. Durante el día, las terrazas ofrecen un aspecto estupendo para tomar una cervecita y admirar las pequeñas casitas de color blanco. Las calles presumen de limpieza y un ambiente encantador.Durante las noches, Sant Francesc de Formentera es un lugar con mucho ambiente en las calles cercanas a la iglesia, que marca el centro del pueblo. Muchos restaurantes ofrecen comida de calidad a buen precio y con un encanto especial.

Si lo tuyo son las compras, aquí también encontrarás tu lugar. El pueblo puede presumir de una selección de tiendas absolutamente original. Ropa y complementos hechos a mano son los mayores atractivos y son una excelente excusa para dejarse perder por las pequeñas calles del pueblo. Detrás de la iglesia se celebra un mercadillo de segunda mano los sábados por la mañana.
Fiestas y tradiciones
Las fiestas patronales se celebran el día 3 de diciembre en honor de San Francisco Javier y comprenden actos culturales y muestras de ball pagés. Más interesante es, el día 8 de agosto, la conmemoración de la conquista de la isla a los árabes por fuerzas catalanas en el siglo xIII, coincidente con la fiesta de Santa María de las Nieves. Además del baile tradicional, siempre admirable por su sencilla belleza y caracterizado por la insistente cadencia de las enormes castanyoles, es posible participar en una abierta competición de bolos de madera de enebro (tirar a es gall), cuyo premio consiste en un gallo vivo, y que se celebra en las afueras del conjunto urbano, en algún camino entre paredes de piedra y secos almendros.
Sólo los hombres participan. Las mujeres y los niños ven la competición sin aproximarse demasiado. La bola, un nudo de raíz de enebro, lanzada con fuerza y rebotada, podría causar daño.

Visitando los alrededores de Sant Francesc
La isla de Formentera constituye administrativamente un municipio único cuya capital es el núcleo urbano de Sant Francesc Xavier, también llamado Sant Francesc de Formentera. Es, por tanto, el centro neurálgico de la isla: aquí está, por ejemplo, la sede del Ayuntamiento, y aquí está la única gasolinera de la isla. Sant Francesc dista unos 3 km de La Savina, y un poco menos de Sant Ferran de ses Roques.
A unos 17 km está El Pilar de la Mola, en el promontorio oriental de la isla. La iglesia de Sant Francesc Xavier es encantadora y pintoresca, como si en ella se hubiera realizado un compendio de la singular arquitectura tradicional de las Pitiusas. Tiene, como todas, una sola nave rectangular, de tres tramos, y capillas laterales sobriamente decoradas. El aspecto exterior es el de un fortín, con sólidos muros destinados a resistir muy posibles ataques de la piratería turca, aún temida en los tiempos de su construcción, empezada en 1726 y terminada diez años después. Se sabe que tuvo artillería ligera.
La iglesia preside la Plaza Mayor del pequeño pueblo, donde se celebran demostraciones de ball pagés en las fiestas tradicionales, y ahora convive con algunos bares, comercios de comestibles y de souvenirs, y sucursales bancarias. La iglesia tiene un patio lateral con una gran cisterna para recoger el agua de la lluvia, tan escasa por otra parte en la isla. El agua se repartía, en tiempos de sequía, entre los vecinos. La sencilla espadaña señorea una fachada alta y sin adornos ni grandes ventanas, sólo un ventanuco redondo. También en Sant Francesc se encuentra Sa Tanca Vella, un primitivo templo cristiano del siglo XIV, con pequeña nave única y cubierta con bóveda de cañón. Ha sido restaurada recientemente.

Cala Saona (a unos 6 km) es una playa no muy grande, pero muy familiar, frecuentada por el turismo y por los vecinos, ideal para familias con niños. En el camino se penetra en lo más esencial de Formentera: su paisaje rural detenido en el tiempo. Higueras, corderos siempre acalorados y sedientos que buscan la sombra en paredes y árboles, pequeñas casas de mares, sencillas muestras de la arquitectura popular pitiusa, caminos polvorientos, incluso puede verse aún alguna mujer vestida con el típico traje negro, tocada de pañuelo oscuro y sombrero de paja, huyendo del sol. Hay torres de viejos molinos harineros recortados en alguna suave loma.
A unos 7 km de Sant Francesc, hacia el suroeste, se encuentra el cap de Barbaria, el paraje más desolado, sin duda, de las Baleares. Se trata de un promontorio solitario y deshabitado con alguna altura destacable en la isla: el puig Guillem (107 m). El paisaje del cap de Barbaria es de una aridez casi absoluta: sólo romero y algunos endemismos locales en forma de cojinetes de tallos revueltos y hojas en forma de espina resisten las duras condiciones ambientales: insolación extrema, sequía constante, escasez de suelo fértil, vientos salinos debido a la cercanía del mar. En el extremo del cabo se halla Es Pla del Rei, lo que antes fuera un denso bosque de pinos y sabinas de los que sólo quedan ejemplares achaparrados y tocones, pues fue talado implacablemente en la primera mitad del siglo pasado.

Disimulados en el roquedal existen tres yacimientos arqueológicos, protegidos entre rejas, de los primeros pobladores estables de la isla; se trata de varios solares de establecimientos megalíticos muy destruidos por el paso del tiempo, con grandes lajas de piedra caliza y arenisca. El lugar se halla frente a un horizonte marino infinito, sólo cruzado por embarcaciones, delfines y aves marinas. Los acantilados alcanzan en algún lugar los 100 metros de altura. Jaras, lentiscos sometidos al viento y sencillos tomillos (frigoles) perfuman el ambiente donde corretean las lagartijas asustadas por el vuelo de las gaviotas o de algún cernícalo solitario.
A diez minutos a pie del faro, hacia levante, se alza la torre des Garroveret, una atalaya de defensa costera. El halcón peregrino puede cazar palomas salvajes en los acantilados y buscar refugio en los brevísimos cauces resecos de torrentes que sólo vierten agua al mar, a veces en cascada, en los raros días de lluvia de Formentera. Uno de estos torrentes, a poniente del faro, se abre en una cueva al nivel del suelo desnudo: Sa Cova Foradada. El sendero, marcado en las rocas, a la derecha del recinto del faro mirando al mar, por los pasos de otros muchos visitantes, conduce al lugar que se asoma vertiginosamente al acantilado. África no está lejos. Se dice que en días de claridad especial se divisa desde es Garroveret la costa norte de este continente.

¿Cómo llegar a Sant Francesc Xavier, la capital de Formentera?
No es especialmente difícil llegar hasta esta población. Si seguimos la carretera principal de la isla una vez salimos del puerto de llegada, encontraremos el pueblo tras circular unos 3 kilómetros.
Moverse por Formentera es realmente fácil. Sant Francesc de Formentera es uno de los grandes lazos de comunicación de las carreteras. Desde aquí se puede llegar al Puerto de La Savina, a Cap de Barbaria y a Sant Ferran.